sábado, 25 de septiembre de 2010

RESPETO Y SENSIBILIDAD, POR FAVOR


En mi primer artículo personal en el blog, no esperaba ni deseaba que el primer tema a tratar fuese el que a continuación expondré. Pero desgraciadamente es lo que toca.

Una noticia bastante indignante que me dejó atónito justo cuándo la escuché por primera vez hace unos días, y que ni mucho menos, iba a dejar pasar sin reflejarla en mi blog.

Voy a ser duro y contundente en el tema, y posiblemente pecaré de expresiones o palabras desagradables hacía “personas”, por decirlo así si es que se les pueden considerar como tales, que por una decisión que han tomado, han demostrado que lo que un ser humano debe poseer ante todo, que son VALORES Y PRINCIPIOS cómo por ejemplo el RESPETO, ellos ni tienen, ni tendrán en un futuro.

Para ser más concretos, me refiero a los miembros del Comité de Competición del Fútbol Español.

Me explico:

Partido Espanyol – Almería del pasado sábado en Cornellà el Prat, correspondiente a la 3ra Jornada de Liga.

Los periquitos se llevan el choque con un solitario gol de su delantero José Callejón. El jugador andaluz, en un gran gesto que le encumbra, al marcar el gol se levanta su camiseta de jugar y en ella muestra en otra, el rostro de su compañero Daniel Jarque, tristemente fallecido hace un año, rindiéndole con ello un pequeño homenaje. Hasta ahí todo bien.
Una acción que a primera vista engrandece a Callejón cómo persona, y que la última vez que vimos algo similar, fue en la mismísima final del Mundial dónde otro crack cómo Iniesta, también tuvo un recuerdo bonito para el jugador. Todo perfecto y emotivo a la misma vez.

La sorpresa llega cuándo hace tres días, el Comité de Competición acuerda sancionar al jugador espanyolista con una multa entre ¡2.000 y 3.000 €! y encima aplicarle una tarjeta amarilla en su haber, ya que el colegiado del encuentro, Teixeira Vitienes, dejó constancia en el acta que el futbolista a la hora de celebrar el gol, “se levantó levemente la camiseta mostrando una camiseta debajo de esta con un rostro serigrafiado no identificado”.


Valorando ese primer punto, empezamos mal, muy mal...


Haber, si nos ponemos en el lado del árbitro, le puedo dar una mínima razón en que su decisión se basó simplemente en el reglamento, dónde indica lo siguiente:
"El futbolista que, con ocasión de haber conseguido un gol o por otra causa derivada de las vicisitudes del juego, se alce la camiseta y haga exhibición de cualquier clase de publicidad, lema, anagramas o dibujos, sean cuales sean sus contenidos o la finalidad de la acción, será sancionado como el autor de una falta grave con una multa de entre 2.000 y 3.000 euros".
El problema es que el colegiado, me extraña mucho que no viera o no quisiera ver, que esa dedicatoria iba para Dani. Sobradamente hemos presenciado en los encuentros del Espanyol, que muchas veces, los goles que marca el equipo, todos van dirigidos atribuyéndose a su memoria.


Pero en fin, a pesar de ello, centrémonos únicamente y exclusivamente en el lado más oscuro y extremo del tema que trato hoy, el que realmente nos preocupa de verdad y que nos ha dejado con cara de tontos a muchos de nosotros. En definitiva, el asunto en el que verdaderamente hincaré el diente hasta el fondo sin dejar títere con cabeza: el del Comité de Competición.

Diríamos que las personas que forman ese núcleo, son las que se encargan de analizar las actas de los encuentros con todos detalle, y a partir de ahí, tomar las decisiones pertinentes en el asunto de las sanciones, entre otras cosas.

Lo que me sorprende es que, como después de lo ocurrido, no me acaba de entrar en la cabeza que pueda haber gente tan insensata que trabaje en un nivel tan alto en el mundo del fútbol cómo hacen estos señores. Simplemente, no lo entiendo.

O sea, situémonos: Esta panda de impresentables se reunieron un día de esta semana para analizar todo lo ocurrido en la jornada pasada, y entre otras cosas, estudiaron lógicamente el acta que redactó Teixieira Vitienes del partido Espanyol - Almería. En esa hoja, contemplaron la incidencia que el colegiado había anotado sobre el jugador periquito en la celebración del gol. Cómo tecnología no les falta, es obvio que en televisión o imágenes pudieron visualizar de sobras que en esa acción, por si había alguna duda, era una simple dedicación de José Callejón a su compañero Daniel Jarque. 

¿Entonces cómo coño (con perdón de la palabra), después de ver que sólo se trata de ese simple hecho, tienen la desfachatez de sancionar al jugador? Y es que, disculparme por la expresión, pero es que es un tema que me hierve la sangre de tal manera que provoca una gran resignación dentro de uno mismo, seguro que igual que ustedes, que vemos que por mucho que le demos vueltas a la cabeza no le encontramos un razonamiento justo.

Por poner un ejemplo, ¿cuántas veces hemos visto a un futbolista haciendo una falta durísima a un rival, inclusive acarreando lesiones graves, y dejándose impune esa jugada por los motivos que sean? Miles. Hemos visto miles. Y la sanción no ha acabado llegando por ningún lado.
En cambio, ¿en el caso de Callejón, nos tenemos que seguir rigiendo por la normativa vigente porque en un papel así lo especifica? ¿No hay opción para el valor sentimental?

Porque si es así, y encima los sinvergüenzas del Comité de Competición no tienen la dignidad de cambiar lo que ya está estipulado en la Ley según si es un tema de fuerza mayor (cómo es el caso), sinceramente, apaga y vámonos.

Se están riendo en nuestra cara, en la de los aficionados, futbolistas y en general de toda las personas que tenemos SENTIMIENTOS DE VERDAD.

Es una verdadera lástima que hoy en día aún ocurran estas cosas en los tiempos en lo que vivimos, sacando todo fuera de contexto sin limitarnos a pensar y reflexionar.

Otra cuestión que también me parece realmente fuera de lo común es que la prensa no le haya dado tanto eco a la noticia cómo realmente requería. La transcendencia de ella es a mi parecer, máxima. Solamente ayer viernes el diario Marca lo publicaba en portada, pero los demás, todos lo hacían en segundo plano cómo si se tratase de una noticia poco relevante.


Hemos llegado a punto en que nos importa más si Casillas le parece egoísta Ronado, o si Messi quiere volver ya a jugar después de su lesión, antes que un caso como este que nos parte a todos el alma y el corazón.

A veces nos retratamos nosotros mismos de una forma lamentable. Increíble pero cierto. Nos damos cuenta que, aunque cueste creerlo, la mentira y los intereses personales dentro de este mundo prevalecen por delante de todo.

Se pierde la sensatez y se peca de una sensibilidad y respeto por parte de seres humanos y “profesionales” que tendrían que estar a la altura de las circunstancias.

Seguro que la presión de todos, hará que la sanción se quede en papel mojado, pero esas actuaciones, se deben de evitar, por el amor de Dios. No hay que llegar hasta tal punto.
En caso de que no se retire dicha sanción, sólo puedo decir que la credibilidad de los hombres del Comité de Competición se perderá por completo.
No hace falta ir muy lejos a casos anteriores, cómo el mencionado de Iniesta, o otros cómo el de Sergio Ramos hace ya tres años, que en un partido con el Real Madrid, se acordó de su amigo Antonio Puerta. Nuevamente, y por estupor de todos, se le sancionó también aunque se le retiró la multa que se le había impuesto. Lo que vengo a decir es que al final, nunca se ha visto sancionada ninguna acción como esa. No sé porque ahora sí que se debe de hacer...

En fin, y para resumir todo un poco, yo dejo caer una pregunta: Igual que el miembro del Comité de Competición tiene el derecho a sancionar, ¿porqué no se les sanciona a ellos después de lo acontecido? Dígase con una reducida de sueldo, dígase con un relevo generacional por personas que sí que sean competentes para ese puesto, dígase por otras opciones que también sean válidas con tal de que personas de este calibre no sigan ocupando este puesto.
No sirve de nada alegar y recurrir a esta decisión y que, una de dos, o la multa siga en pie por irritación de todos, o que una vez sea anulada, de todas formas se lo salten todo a la torera sin que nadie ponga cartas en el asunto. Se tienen que sentir culpables tal y como son y que paguen por ello.
Toda persona comete errores y porque ellos sean, por decir de una manera, la máxima autoridad, no significa que no se puedan equivocar. Claro que sí, y que mejor ejemplo que lo sucedido con Callejón.
Así pues, ojalá que esta vez todo de un giro de tuerca y se haga justicia de una vez por todas con tal de que nunca más vuelva a producirse algo tan lamentable cómo real en esta vida misma.

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